En la Fundación Chasquis la imagen es la base de nuestro trabajo. La fotografía y la imagen en video son nuestra principal herramienta para documentar las realidades de las que somos testigos. Sin embargo, no somos ajenos a las nuevas tecnologías que hasta ahora son más utilizadas como herramientas de entretenimiento, en la industria de las grandes plataformas del cine o en el mercado de los videojuegos. En la actualidad existe la Realidad Virtual , la Realidad Aumentada, las imágenes en tres dimensiones (3D) y muchas otras posibilidades que seguramente aún no conocemos, pero ¿cómo aprovechar esta evolución de la imagen para nuestros proyectos y procesos? ¿En qué lugar caben estas nuevas herramientas y sus narrativas para seguir construyendo memoria? 

Creemos que la imagen es una herramienta fundamental para construir referentes de memoria sin pretender reemplazarla, la imagen no es por sí sola memoria. En este sentido, la Realidad Virtual nos brinda la posibilidad de “estar allí”, en lugares donde seguramente nunca hemos estado o que ya desaparecieron. Encontramos en esta técnica un acercamiento desde la imagen para hacer memoria, de sumergirnos lo mejor posible a los espacios reales de las comunidades con las que trabajamos y poder llevar una experiencia inmersiva a un público ajeno, lejano, que logre ese “estar allí” simbólico, traduciendo una experiencia en solidaridad, opinión, movilización y en lo posible, acción. 

De eso se trata este laboratorio de Realidad Virtual Documental que iniciamos desde el año 2018, con el ánimo de acercarnos a las nuevas tecnologías y adaptarlas a nuestras causas, dándole mayor sentido, potenciando mensajes y propósitos. Lo llamamos “laboratorio” porque es un entorno de aprendizaje y experimentación, donde cada día tenemos que estudiar nuevas herramientas, pues es una tecnología que hace muy poco tiempo se hizo alcanzable y está en constante crecimiento.